El listado de medicamentos disponibles sin receta continúa expandiéndose. Este martes, el Gobierno anunció que los productos con Senósido A y B, utilizados como laxantes, ya no requerirán prescripción médica. Con esta medida, dichos medicamentos dejarán de contar con descuentos proporcionados por obras sociales y prepagas.
La disposición fue comunicada oficialmente el 31 de diciembre mediante la resolución 11472/204, publicada en el Boletín Oficial. En los fundamentos de la medida se explica que la decisión se basó en que, durante los últimos cinco años, no se registraron efectos adversos significativos asociados a estos compuestos.
En consecuencia, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) determinó que los productos que contienen Senósido A y B podrán venderse libremente, eliminando la obligatoriedad de la receta médica para su adquisición.
Por otro lado, esta modificación también representa un impacto económico para los consumidores, ya que al cambiar su categoría a venta libre, pierden el beneficio del descuento del 40% que otorgan las obras sociales y prepagas.
Este no es el primer ajuste en el sistema de expendio de medicamentos durante el año. En marzo, se ordenó a la ANMAT revisar la clasificación de fármacos de venta libre, lo que en mayo resultó en la eliminación de la receta obligatoria para los protectores gástricos comúnmente denominados “prazoles”, que también dejaron de contar con descuentos.
En agosto, la lista de medicamentos sin prescripción se amplió, incluyendo tratamientos para herpes, cremas antialérgicas, productos con corticoides, analgésicos, antifúngicos, laxantes y suplementos dietarios.
Posteriormente, en noviembre, se introdujo un nuevo cambio que permite que los medicamentos de venta libre puedan ser exhibidos en las góndolas de las farmacias, facilitando el acceso directo a los clientes sin la intervención del farmacéutico.
Esta última decisión generó rechazo por parte de colegios de farmacéuticos y profesionales de la salud, quienes advirtieron que podría incentivar la automedicación. Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), expresó su preocupación en una entrevista con AM 750, señalando que la medida supone un retroceso. Sajem recordó que, en 1991, una regulación impulsada por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, permitió la venta de medicamentos de venta libre en supermercados, kioscos y estaciones de servicio, entre otros comercios. Según sus declaraciones, esta normativa tuvo un enfoque meramente comercial y estuvo vigente durante 18 años, hasta que en 2009 se aprobó una ley casi por unanimidad para que los medicamentos de venta libre volvieran a comercializarse exclusivamente en farmacias, debido a los riesgos asociados a la automedicación y al control inadecuado de los productos.
Más allá de las modificaciones que afectaron a los medicamentos que perdieron descuentos al pasar a ser de venta libre, el aumento de precios también ha impactado a los consumidores. Según un estudio realizado por el Centro de Economía Política (CEPA) junto con el Centro de Estudios Políticos para Personas Mayores (CEPPEMA) y la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (ALGEC), los medicamentos de uso frecuente entre los adultos mayores han registrado un incremento acumulado del 202% desde el inicio del gobierno de Javier Milei.